Desearía comentar algo que vi hace
poco en la teleserie LOIS & CLARK: un
hombre está muriendo, víctima de un atentado. Lois
Lane y Superman se acercan al moribundo. Antes de
morir, el hombre mira a Superman y le dice algo
muy interesante:
"Superman: ¿alguien te dijo que eres
idéntico a Clark Kent?"
Un hombre agonizante descubre algo que muchos en
el mundo de los vivos nadie ha notado nunca: el
gran parecido físico entre el reportero del «Daily
Planet» y el Hombre de Acero.
Este hombre ya había tenido un cierto contacto con
Kent, y, como cualquiera, ya había visto a
Superman (ya sea en fotos o personalmente). O tal
vez era la primera vez que veía a Superman cara a
cara, y solo así pudo notar el inevitable
parecido entre ambos.
¿Pero solo él? Desde 1938 cientos de personajes
han tenido contacto directo con el Hombre de Acero
en sus dos personalidades. Y NINGUNO se dio cuenta
de la doble identidad, evidente a simple vista.
(La excepción de Lois Lane la dejaré para el
final).
¿Es creíble que un hombre famoso pueda pasar
desapercibido simplemente con peinarse de manera
diferente (raya al costado), ponerse unas gruesas
gafas, cambiar de voz y de ropa (de cuello,
corbata y sombrero) y adoptar una actitud de
timidez y torpeza? ¿Es que la gente no va a
reconocerlo solo por esos diminutos cambios?
NO. DESAFIA TODA LOGICA.
Recordemos a Jimmy Olsen, compañero de trabajo de
Clark Kent. Es gran amigo de Superman (hasta le
regaló un reloj-pulsera que podía emitir una señal
acústica que solo Superman podía oir, cada vez que
le necesitara). A la vez, acompaña a Clark en su
trabajo de periodista. Ha conversado con ambos
varias veces. Los ha acompañado en varias
aventuras. ¿Y vamos a creer que nunca ha notado
que ambos se parecen como un huevo a otro?
Lo mismo podríamos decir de Perry White, su jefe.
También de su archienemigo, el "pelón" Lex Luthor.
Ni siquiera su "novia" de la infancia, Lana Lang,
con quien de vez en cuando se reencuentra (y que
lo debe de conocer MUY bien), ha descubierto ambas
identidades, cubiertas con el más simplón disfraz.
La lista de posibles descubridores "en potencia"
es larga...
Podría creerse que por ser Kent un "Don Nadie", en
quien casi nadie repara, está a salvo de toda
sospecha. Si alguien notara la similitud facial de
ambos, no le prestaría importancia. JAMAS se le
ocurriría a nadie coger dos fotos de ambos y
superponerlas, para descubrir que encajan como
piezas de rompecabezas.
Curiosamente, ya casi todo el mundo da por sentado
que el Hombre de Acero debe tener otra
personalidad. Es obvio que, mientras no patrulla
el mundo haciendo el bien, el kryptoniano vive
como cualquier civil humano, paseándose entre la
gente. Pero hasta para quienes lo saben no salta a
la vista que ese "civil" es Clark Kent.
Esto no quiere decir que no haya habido quien
descubra su identidad. He tenido acceso a revistas
y/o programas de TV donde esto sí ocurre.
Recuerdo la teleserie animada SUPERFRIENDS, donde
Superman alterna con los otros héroes de la DC
COMICS. Ahí TODOS conocen su doble identidad, pero
obviamente no van a decir nada: más de la mitad de
dichos super-héroes tienen también dos
personalidades.
Volviendo a LOIS & CLARK, recuerdo a un militar
neurótico (convencido que Superman era la avanzada
de una invasión extraterrestre) que descubre la
doble identidad del Hombre de Acero. Poco después
de anunciarle que contará al mundo el secreto de
sus dos personalidades, es muerto de un disparo,
llevándose a la tumba el secreto.
Lo mismo se repitió con el episodio de la muerte
de Luthor, quien descubre la verdad de Superman y
Clark Kent. Cuando está por ir a delatarlo ante el
mundo (en especial a sus enemigos), un derrumbe de
la cueva donde se hallan pone fin a la vida del
genio criminal.
En una teleserie animada antigua, un delincuente
adquiere la facultad de absorver toda energía que
tenga cerca. Al tocar a Clark Kent y ver que no
cae fulminado como sus anteriores víctimas,
exclama: "¡Ah, tú debes de ser Superman!" Tras un
desesperado combate, el Hombre de Acero decide
dar muerte a su enemigo (lo sobrecarga con su
propia energía kryptoniana, haciéndolo estallar).
Si bien Superman solo mata a sus adversarios
cuando ya no hay otra opción, acá también había un
motivo extra para que el enloquecido criminal no
saliera con vida.
En una producción animada donde aparecía Superboy,
un anciano decide dar toda su fortuna a quien le
haga reir a él, que al parecer ya había perdido
esa facultad. Superboy decide intentarlo, a
nombre del Orfelinato de Smallville. Tras varias
payasadas, no logra arrancarle ni una sonrisa.
Pero cuando está a solas con el viejo magnate, en
su personalidad del adolescente Clark Kent, ve a
través del muro que un avión está a punto de
estrellarse. No hay tiempo que perder, y tras
despojarse de su ropa de civil frente al anciano,
sale de la mansión anunciando que salvará al
avión. Cuando regresa, otra vez como Clark Kent,
se lamenta que el viejo haya descubierto su tan
bien guardado secreto. Para su sorpresa, el
millonario está en su silla de ruedas, riéndose a
carcajadas. ¡Le pareció una buena broma que el
suave y amanerado Clark Kent tratara de hacerle
creer que es Superboy! Sin dejar de reírse, cumple
su palabra y deja al Orfelinato de Smallville como
su único heredero.
Recuerdo una revista donde el Hombre de Acero es
llamado por un afligido padre, cuyo hijo ha sido
deshauciado y tiene pocos días de vida. él desea
hablar con su ídolo, Superman. Cuando lo ve en
su cuarto, en privado, el niño le pide su último
deseo: conocer la personalidad secreta del Ultimo
Hijo de Krypton. Superman le revela que él es
el reportero Clark Kent, pero el pequeño moribundo
no le cree. ¡Cómo va a aceptar que ese "cuatro-
ojos", tímido y torpe, sea Superman! Tras
intentar todo para que el niño le crea, se da por
vencido: no hay manera indiscutible de demostrarlo
(!) Al parecer, el guionista quiso que esta
historia tuviese un final feliz (?) Por ello
improvisó que Superman lo llevara volando al
departamento donde vive Clark Kent (¡se está
muriendo y Superman se lo lleva por las nubes,
exponiéndolo a acelerar su muerte por la
intemperie!), donde el chiquillo descubre que en
el baño de Kent no hay rasuradora ni tijeras
corta-uñas, pues ninguna navaja u hoja es capaz de
"cortarle". Al comprobar que tampoco hay ningún
implemento de primeros auxilios en la casa, el
niño recién se convence de lo que para nosotros es
tan obvio.
Notemos en los ejemplos anteriores que nadie
creería que Superman y Clark Kent son el mismo. Lo
normal sería que dijeran: "¡Ni siquiera se
parecen!" Pero al hacer la obvia comparación para
demostrar que no puede ser, entonces caerían en la
cuenta de que SI se parecen. Y mucho. Y por lógica
deberían comenzar a atarse los cabos sueltos.
Casi siempre que se descubre la doble personalidad
del Hombre de Acero, el descubridor acaba por
morir antes de revelarlo al mundo. Otras veces se
da un inesperado hecho que provoca la amnesia del
testigo (¿recuerdas a los villanos de la comedia
teatral IT'S A BIRD...! IT'S A PLANE...! IT'S
SUPERMAN!, que perdieron la memoria por una
explosión, en el último minuto?)
Y este descubrimiento NUNCA es por el obvio
parecido físico entre Kent y Superman. Siempre es
alguien que lo descubre en el momento de abrirse
la camisa (viendo la «S» debajo), sorprendiéndolo
al hacer una super-acción sin dejar su ropa de
civil o al notar que cuando Superman aparece,
Clark Kent desaparece.
Ese último es el caso de Lois Lane.
La mujer que se ha besado apasionadamente con el
Hombre de Acero y que trabaja todos lo días con
Clark Kent, nunca nota lo evidente. Sus sospechas
perten del hecho de que nunca ve a los dos al
mismo tiempo. Las repentinas "escapadas" de Kent,
previas a las apariciones de Superman, son su
único indicio de que hay "gato encerrado".
Proclama sus sospechas a los cuatro vientos pero
nadie le hace caso. Una ausencia repentina puede
justificarse de mil maneras convincentes, pero si
Lois actuara como una persona sensata, solo diría:
"Vean estos dos rostros: son el mismo". Pero eso
nunca ha sucedido.
Para acabar, señalaré que en LOIS & CLARK, Lois
descubre a Clark al hacerle éste una caricia
amorosa en la mejilla, idéntica a una que le hizo
Superman en un episodio anterior, cuando ella
estaba enamorada entonces del Hombre de Acero. No
vino aquí un esperado "¡Lo sabía!" (en la serie
jamás se le vieron esas sospechas propias del
cómic), sino los reproches hacia Kent, por no
habérselo dicho cuando aceptaron ser novios.
Durante más de sesenta años, los lectores y
admiradores de Superman han aceptado esta
monumental pifia, tal vez porque la ilógica lógica
del mundo de los cómics también contagia a sus
lectores.
By Eduardo Alberto Guzmán Novoa (Lima, Perú). Año 2.000
guzmannovoa@LatinMail.com